Todo se intensifica con la aparición de Set, el dios egipcio del caos, las tormentas y la violencia. Su presencia en la Tierra se manifiesta con la furia de los cielos, desatando tempestades que oscurecen el sol y desgarran la atmósfera con vientos implacables.
Set, conocido por su rivalidad con Osiris y su naturaleza destructiva, ve en el mundo avanzado del siglo XXII un escenario perfecto para demostrar su poder. Los avances tecnológicos de la humanidad, que una vez les permitieron predecir y mitigar los desastres naturales, ahora se ven superados por la magnitud de las tormentas de Set.
El dios del aire y la sequía no busca la adoración de los mortales; su objetivo es recordarles su vulnerabilidad ante las fuerzas primordiales. Con cada rayo y trueno, Set desafía la arrogancia de una civilización que creía haber conquistado la naturaleza.
La historia de Set es una de confrontación y humildad, un capítulo que pone a prueba la capacidad de la humanidad para resistir y adaptarse a los caprichos de los dioses. A medida que la saga avanza, queda claro que la lucha no es solo contra los elementos, sino también contra la propia esencia de lo divino, que busca reafirmar su dominio sobre el mundo.
Con la llegada de Set, la saga se convierte en un mosaico aún más complejo de mitología y modernidad, donde cada deidad que se une a la historia aporta su propia marca de poder y desafío, y la humanidad debe encontrar la manera de sobrevivir y prosperar en medio de la tempestad divina.