La Tierra se ve sacudida por la llegada de Poseidón, el dios griego de los mares y los terremotos. Su liberación de las cadenas celestiales desencadena una serie de cataclismos naturales, con maremotos y tsunamis que azotan las costas del mundo del siglo XXII.
Poseidón emerge de las profundidades, su tridente en mano, montando olas gigantescas que se elevan como rascacielos. La humanidad, que había dominado los cielos con su tecnología, se encuentra impotente ante la furia del océano. Las ciudades costeras son las primeras en sentir su ira, y el mundo observa con horror cómo las aguas reclaman lo que una vez fue suyo.
El dios del mar no llega solo por venganza; él ve en la humanidad una falta de respeto por los dominios que una vez gobernó con mano firme. Los océanos, contaminados y explotados, claman por un guardián, y Poseidón asume ese papel con una determinación implacable.
La historia de Poseidón es una de poder y respeto, un recordatorio de que hay fuerzas en el mundo que no pueden ser controladas ni por la más avanzada de las tecnologías. Su capítulo en la saga añade una dimensión de temor y admiración hacia los elementos naturales, y plantea la pregunta de cómo la humanidad puede reconciliarse con los antiguos dioses para proteger su hogar compartido, la Tierra.
La llegada de Poseidón muestra que la influencia de los dioses antiguos no se limita a la tierra y el cielo, sino que también abarca los vastos y misteriosos océanos, desafiando a la humanidad a encontrar un nuevo equilibrio en su relación con el mundo natural.
